“La obra de Lewin se encuentra ligada a las claves estéticas de la pintura analítica, en donde la obra renuncia a reflejar sólo aspectos de la realidad visible, para centrarse en la reflexión sobre los elementos propios del lenguaje pictórico. En “Doble fondo”, la artista desarrolla una constante de su obra, y que tiene que ver poner en evidencia el proceso creativo de la pintura desde su concepción hasta su operación manual. De esta manera, la obra se transforma en una metáfora que se construye sobre la aplicación de gruesas pinceladas sueltas en tonalidades celestes, grises y blancas, sobre un pañuelo de seda que manifiesta su matriz ligada al bordado y la costura con la presencia de ornamentos orgánicos que operan como los moldes de bordados tradicionales. Así, la mancha y su textura encarna el proyecto de la pintura, y su soporte que alude a la costura textil se transforma en el signo de la manualidad: la operación física sobre la obra misma. En otras palabras, superpone la mancha pictórica y el tejido de la costura, para unirlos en una reflexión conceptual que es la columna vertebral de su arte, y que desde un punto de vista más amplio todavía, supone un quiebre a la tradicional jerarquización de las artes en donde las denominadas artes liberales como la pintura, son consideradas superiores a las artes serviles como el textil, integrándolos en un mismo proceso reflexivo.” -- Página web

Exposición realizada en Santiago de Chile, en la Galería Arte Actual, el año 1987.

“Donoso no es siempre donoso. Es más bien morboso. Y ese magnífico morbo lo desubica con respecto a sus contemporáneos. Tiene al Precursor y Maestro Emar en la cabeza pero éste no sale por sus pensamientos; sale por los olores, por las secreciones, sale por consecuencias sensoriales o por la asimetría de sus espacios, por la estrechez de sus pasillos o la inmensidad de los caserones.” -- Página 5

“Son susceptibles de ser incorporados junto a aquellas propuestas visuales que, de acuerdo a su consistencia temática y formal, plantean una renovación del lenguaje plástico precedente. Es cierto, por otra parte, que se trata de una inclusión algo forzada; la obra de ambos ha sido el resultado de un trabajo precoz, todavía en proceso de maduración; son, por ello, trabajos que esconden el signo de la promesa y la expectación respecto del futuro.” -- Página 4

“La artista comienza con un referente muy concreto, y lo “copia” pero esta vez sacando al(los) personaje(s), para que cobre vida lo que lo circunda, lo que lo sostiene, su contexto; en otras palabras, el paisaje. Así, este conjunto de obras vivifica el paisaje como género pictórico, le otorga un nuevo protagonismo y propone una reflexión sobre la historia de la pintura occidental, al reinterpretarla desde una nueva pintura.” -- Página 3

“Augusto Barcia domina la escena plástica chilena con la fuerza estructural y la enérgica diagramación de sus paisajes, que es el género que en mayor medida define su casta e infatigable labor artística. Nuestro pintor en su trayectoria, invariablemente, ha mantenido su posición definitiva. Su participación en nuestro medio siempre es recibida y comentada favorablemente, reconociéndole una serie de atributos que le confieren indudable categoría a su personalidad y a su aporte a la plástica nacional. Barcia rompe las barreras de la pintura tradicional. Al igual que los expresionistas, sus obras, se caracterizan por la vehemencia de la pincelada, la ejecución activa, rápida, el color irreal, el grafismo curvilíneo. Para sus propósitos plásticos, adopta licencias y audacias formales que son a la postre la mayor virtud para encontrar un estilo particular que se nos representa por una sucesión de líneas nerviosas, torturadas, a veces punzantes.” -- Página 2